Entrevista de servicio: Marillanos

El escultismo no es un movimiento lúdico, una guardería o un pasatiempo. No me malinterpretéis: jugamos como el que más, nos divertimos muchísimo, y vivimos experiencias inolvidables. Pero lo hacemos a la vez que aprendemos unos valores, que podrían resumirse en esta frase de nuestro fundador, Baden Powell: «El scout deja el mundo mejor de como lo encontró». ¿Cómo hacemos esto? Formando a personas útiles para actuar y vivir en esta sociedad.

Buena prueba de ello se encuentra en la etapa ruta, cuando los chavales miran a su alrededor y deciden comprometerse en un voluntariado. Nuestro grupo tiene la suerte de contar con una numerosa comunidad ruta, así que serán ellos quienes nos cuentan, en el formato de una entrevista, qué hacen y por qué. Con esta entrada empieza un ciclo de testimonios y ejemplos de vida, que pueden inspirar al lobato y al viejo lobo.


Comenzamos con Marillanos, ruta de 3º. Nos va a hablar de su experiencia en Debra. Os dejo con ella.

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P: Primero de todo, nos gustaría conocerte: ¿cuántos años tienes?, ¿a qué te dedicas? ¿Cuántos años llevas en los scouts y cuál ha sido tu trayectoria?

R: Me llamo Marillanos García, tengo 19 años y estudio Primero de Fisioterapia en Valencia. Empecé en los scouts como lobata de la manada Khanhiwara cuando tenía ocho años, y he pasado por todas y cada una de las etapas, tropa, pionero y ruta; así, este es mi undécimo año en el grupo, y hasta el momento cada uno ha sido mejor que el anterior.

P: Estupendo. Vamos al tema, ¿cuál es tu proyecto de servicio? ¿En qué consiste? Cuéntanos un poco del sitio donde estás actuando, y qué labor haces tú.

R: Este año he empezado mi servicio aquí en Valencia en la Asociación Debra Piel de Mariposa, una asociación que trabaja con personas afectadas de ‘’Epidermolisis bullosa’’ o más comúnmente conocida como Piel de Mariposa, debido a la fragilidad de la piel de estas personas.

Esta asociación está en parte financiada por las tiendas solidarias que tienen distribuidas por toda España, y aquí se encuentra mi labor. Mi voluntariado consiste en ir una vez a la semana en un turno de mañana o tarde a atender la tienda: coloco la ropa y demás objetos que se encuentran en la tienda, ordeno la ropa y libros en el almacén, limpio la tienda o estoy en la caja atendiendo a los clientes.

Todo lo que se vende en la tienda es de segunda mano, es decir, funcionamos a base de las donaciones de ropa, libros y toda clase de objetos que la gente que conoce la tienda o la asociación nos da de forma voluntaria. Nosotros nos encargamos de revisarlo, acondicionarlo y etiquetarlo para ponerlo a la venta, obviamente con precios muy por debajo de su coste original, pues no nos olvidamos de que son cosas que a pesar de estar en un estado óptimo para su uso, ya han sido utilizadas: un abrigo de una gran marca puede valer en su tienda 80€,  nosotros lo vendemos por 15€.

P: Qué interesante. Pero, ¿cómo se te ocurrió hacer este voluntariado? ¿Por qué has elegido este ámbito, y no otro? ¿Cómo conociste esta asociación? ¿Qué realidad social, qué necesidades presenta? ¿Por qué te llama la atención y te gusta?

R: A todo Ruta le llega un momento en el que tiene que elegir un servicio continuado y este año ya llegó mi momento. Lo hablé con mis responsables y ellos lo vieron estupendo.

Cuando me vine aquí a Valencia no tenía una idea clara de a qué ámbito me gustaría meterme, iba abierta a todas las posibilidades. Creo que esta es la mejor manera de encontrar lo que te gusta, porque si desde el principio te vas cerrando puertas tú sólo y encima le añades las que te cierran por diferentes motivos, te quedas sin nada.

Un día hablando con una chica de mi clase, me dijo que ella también quería meterse a un voluntariado. Ella no es scout ni conoce el movimiento, por eso me llamó mucho la atención que quisiera hacer algo, y sin pensarlo le propuse que buscásemos algo juntas. Nos metimos en la página de hacesfalta.org y allí miramos todas las ofertas de voluntariado que había, hasta que encontramos a Debra Piel de Mariposa y nos pusimos en contacto con ellos.

La tienda a simple vista no representa ninguna realidad, es una tienda sin más; pero yo no lo veo así, yo veo toda la gente por la que estamos trabajando, esa gente afectada por una enfermedad ‘’rara’’ que les hace ir vendados como momias, porque el mínimo roce les puede causar una herida. Pero sin dudarlo, lo que más me llama la atención y me encanta, son el resto de voluntarios de la tienda. Somos alrededor de 50 voluntarios (la tienda funciona gracias a ellos) y cada uno es diferente y aporta algo distinto, pero lo mejor es que te hacen sentir que tu trabajo importa y sobre todo hacen que te sientas muy acogido y querido.

P: Genial. Seguro que algunos de los que nos leen no conocían todo esto, de la manera como nos lo estás contando. Nos gustaría hablar un poco más a nivel personal, ¿te parece? Pues bien, ¿cómo te sentiste al comienzo de este proyecto? ¿Cómo te sientes ahora, qué te hace sentir, qué te mueve por dentro?

R: Al empezar, obviamente me sentía muy perdida, no sabía dónde iba cada cosa, cómo se colocaba la ropa ni cómo se perchaba, ni como había que pasar caja. Pero en cuestión de un mes ya me movía por la tienda como si fuese mi casa porque además de que los voluntarios se esfuerzan por acogerte, las dos coordinadoras de la tienda, Fina y Analu, se encargan de explicarte y enseñarte todos los secretos de la tienda, y ante cualquier problema o duda, no tienes problema en recurrir a ellas.

P: Creo que estarás de acuerdo conmigo en que el servicio que has hecho, pese a exigirte una dedicación y esfuerzo, te gusta. Lo has elegido de entre muchas opciones, y no te supone un suplicio ir. Hay tanto que hacer en este mundo, que por qué no elegir algo en el que dar nuestro 100% nos cueste menos, porque la labor nos apasiona e inspira. De alguna manera, además, esto te aporta algo a ti como persona, de manera “egoísta”. ¿Qué te aporta? ¿Qué recibes de lo que allí das?

R: Es muy típico decirlo pero es verdad, la tienda me aporta más a mí que yo a ella. Es verdad que cuando termino mi turno, estoy agotada y solo pienso en acostarme, pero analizándolo no me doy cuenta de que paso 5 horas allí, porque a mí se pasan voladas.

Siempre que me voy, todos los voluntarios nos despedimos con un abrazo, deseándonos una buena semana y que nos veamos la semana siguiente. Se preocupan por mí, me preguntan cómo me van las clases, los exámenes y me apoyan: somos una gran familia y, a pesar de que no nos conocemos todos, ese es el ambiente que se respira en la tienda.

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P: ¡Qué nivel! Te agradecemos muchísimo que nos hayas contado tantas cosas. ¿Quieres despedirte de alguna forma? ¿Unas últimas palabras para quien nos lee?

R: Para despedirme me encantaría dirigirme a los futuros rutas y a toda aquella gente que esté buscando un voluntariado. Te quiero decir que haces falta en cualquier parte, no te cierres puertas que desde el inicio están abiertas. Obviamente tienes que ser objetivo, si algo sabes que no te gusta y lo vas a hacer sin ganas, no lo hagas porque no beneficias a nadie, pero si sólo vas centrado en un ámbito y no lo encuentras o no puedes por la razón que sea, lo más probable es que te desanimes. En cambio, si vas con una visión amplia, dispuesto a muchas opciones, aparte de encontrar algo que te guste mucho, estarás conociendo mil cosas más que el que solo busca una opción.


Con un mensaje tan personal y potente, nos despedimos. En una semana, con suerte, vendremos con otra experiencia ruta.

¡Buena caza y largas lunas!