¡Hola a todos!
Hoy tenemos muchas cosas que contaros, y es que como es costumbre, los scouts nos hemos ido unos días a La Casita a celebrar la Pascua. Tanto peques como los más mayores tienen su acampada de Pascua, una acampada peculiar, que desde luego no deja a nadie indiferente, ni a nosotros este año tampoco.
La granja escuela estaba simplemente espectacular. La primavera ha entrado ya de lleno y la verdad es que ha sido un gustazo para todos ver los árboles floreciendo, el huerto, los pájaros (los scouts es que tenemos debilidad por la naturaleza)… Y si a eso le sumas el pedazo de sol que ha hecho… bueno, os hacéis una idea.
A muchos les ha servido como un descanso del duro trimestre, y a todos, sin duda, como espacio para pensar despacito, y pisar un poco el freno. Además, estando a mitad de ronda solar, las secciones ya han hecho piña, y estas acampadas son una oportunidad para mejorar el ya buen ambiente de grupo.
Las manadas disfrutaron de un concurso de baile por equipos, plantaron tomates en el huerto, visitaron los animales, hicieron actividades de detectives, y han aprendido código morse, nudos, amarres y a utilizar las brújulas. También destacan una excursión muy divertida a las cuevas del pueblo, acompañada con chistes, historias, y muy buen rollo. Además han aprovechado para revisar el cuaderno de caza individualmente con sus scouters.
La Seeonee, plantando en el huerto
Las tropas han jugado mucho, tanto a juegos preparados por los chavales como por scouters. Han practicado nudos, amarres y construcciones, han hecho un concurso de «La voz», un parchís humano, han tratado temas como el bullying y la superación personal… Y también han revisado el cuaderno del explorador con sus scouters.
La Impeesa, después de construir una mesa con trípodes
Los pioneros, que participaron en la pascua de mayores, comentan que los ratos de reflexión han sido muy útiles, y les han hecho plantearse muchas cosas. También han tratado temas como la dependencia del móvil. En general han salido muy motivados, cosa importante de cara al genial camino de Santiago que harán en Julio.
Los rutas han ayudado en todo lo que era necesario, prepararon los laudes, y siguieron con su planificación. También han tenido ratos conjuntos con la agrupación ruta, como un Romel y Montgomery.
Además de todo esto, todas las secciones han tenido sus celebraciones, eucaristías, penitenciales, vía crucis… en definitiva, espacios donde poder dar gracias y pedir, compartir exeriencias, buscar respuestas… Obviamente no podemos dejar de destacar la famosa vigilia, tanto la de peques como la de mayores.
Baden Powell decía que para ser feliz sólo hay que amar a los demás. Realmente uno no puede parar de sorprenderse, al escuchar una pregunta aparentemente tan grande resuelta con una frase tan sencilla.
Vivir así, sin embargo, es más difícil. Y transmitirselo a los chavales también. El mundo nos pone muchas trabas, nos enseña miles de modelos a seguir, nos bombardea con estereotipos y pautas vacías, y nos dice que no somos suficiente. A veces, tontos de nosotros, nos creemos estas cosas.
Y a pesar de todo, siempre se acaba volviendo. A esas cosas que aprendiste, esas cosas que alguien tanto esfuerzo hizo por enseñarte. Esas ideas… no, esos valores que algunos días olvidas, y otros mantienes muy cerca de ti, pero que siempre te demuestran, sin fallar ni una sola vez, que vas por buen camino. A su ritmo, con dificultad, van calando poco a poco, y van dejando algo dentro de ti. Algo que se queda contigo para siempre.
Esto los chavales lo entienden. Y lo viven. Y por muy difícil que sea, nos tenemos que agarrar a eso.
Volviendo la vista atrás, muchos tenemos claro que estos días en La Casita se respiraba un ambiente especial. Ahora es desafío de todos que no se quede sólamente en unos bonitos días de vacaciones.
Buena caza.
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